Las calles de la ciudad están deterioradas por el desgaste y el poco mantenimiento. Pero el arquitecto Juan Ulla aseguro que la vida útil del pavimento ha concluido por los años que tienen, además de la falta de sellado de las grietas que se forman con el tiempo.
El Secretario de Obras y Servicios Públicos Municipal dijo que el 30% de las arterias asfaltadas de nuestra ciudad necesitan una reparación profunda. “El pavimento negro es el afectado por las lluvias debido al ingreso de agua en las grietas no selladas; esto provoca que el asfalto se ablande y lo deteriora en forma rápida”, afirmo Ulla.
Reconoció que las arterias principales de Laboulaye están destrozadas, como la calle España desde Pasco hasta el Hospital Regional. Se ha hecho un trabajo en varios lugares, como calle Rivadavia entre Ameghino y Primero de Mayo con pavimento blanco pero luego aparecieron pozos a los costados y deberán arreglarlo con materiales finos.
“Para el presupuesto de reparación de las arterias pavimentadas hay que contar con fondos de la renta municipal porque no hay aportes externos para el mantenimiento del asfalto” expresó Ulla.
El secretario sabe que hay pozos que son chicos de diámetro pero muy profundos, y si bien aceptó que el trabajo es lento por el clima, es el factor económico el que realmente atrasa los arreglos y mantenimientos de las calles asfaltadas.
Sobre las calles de tierras, hizo la aclaración de que solo se mejorarán las arterias principales y las que tienen mayor rango de tránsito vehicular, como se hizo con la calle Colon donde se trabajó en la reparación y colocación de piedras para mejorar la calzada.
Aunque se quiera hacer un gran esfuerzo por reparar las arterias de la ciudad sino hay presupuesto destinado para ellos, el secretario no puede hacer magia. Hay muchas calles destruidas y ni inventando un GPS de baches se puede evitar pasar por los pozos que están por la falta de mantenimiento y arreglo del asfalto.
Aunque la rotura de las calles no es algo nuevo (fue foco de crítica constante durante la gestión anterior), hace pocos meses, antes de su fallecimiento, don Adriano Navilli a través de su empresa hizo una importante donación de una hormigonera que debiera servir para bajar los costos de dicho mantenimiento. A Raíz de la misma, se prometió también el asfaltado del final de la calle Alberdi; como así también la provincia ha expresado varias veces el deseo de asfaltar la calle Moreira hacia Ruta 7. Lo cierto es que, si el problema presupuestal no permite reparar las calles dañadas, pocas esperanzas quedan para el asfaltado de las calles de tierra. Los emparchados y reasfaltados de los últimos años han sido ineficaces, ya que en poco tiempo se han vuelto a romper; también ha llamado la atención entre vecinos la restauración con la utilización de adoquines del cual también se duda su efectividad a largo plazo.
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