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Inés Atala, quien colabora con la Sociedad Protectora de Animales, expresó que varias quejas que se han recibido respecto al Centro de Zoonosis son aún rumores, por lo tanto no pueden acompañar la protesta, sin embargo se quejó de los precios que están cobrando por las multas. Desde el Municipio habló Sergio Magra y despejó varias dudas.

A principio de mes se creó en el predio del Lago Parque Municipal, un Centro de Zoonosis, el cual era una herramienta más para el municipio, de cara a la contención y castración de mascotas o animales en situación de calle.

En los últimos días, son varias las quejas y sospechas por los manejos de dicho centro, que depende del área de Bromatología; que hasta desencadeno en que un grupo de vecinos fue a protestar al lugar. Las versiones más grotescas dicen que el Municipio está desapareciendo mascotas, algo que por ahora no es más que un rumor, que no puede descartarse ni dar como hecho, menos aún si los denunciantes no toman medidas judiciales.

En esto estuvo de acuerdo Inés Atala, quien colabora activamente en la Sociedad Protectora de Animales, un refugio que ya tiene 200 perros en adopción. “Decidimos no acudir a la protesta espontánea que se hizo, ya que primero queremos reunirnos con las partes responsables, pues hasta ahora son rumores y no podemos guiarnos por eso. Además, creemos necesario plantear el tema de los costos”, explicó.

Justamente, el costo de las multas (que se basa en el precio de la Nafta como las multas de tránsito), pueden llegar hasta los $2800 en faltas leves, si el Municipio captura su mascota cometiendo distintas faltas. “Estamos al tanto de la ordenanza del Municipio, y muy conformes con la castración. Sabemos que el Centro de Zoonosis iba a  recoger los perros de la calle, los iba a castrar, pero a los dueños de mascotas les están cobrando  multas impagables”, explicó la colaboradora.

Atala explicó que no le habían permitido a los miembros de la protectora, el ingreso al Centro, pues es un lugar reservado para quienes allí trabajan, de todas formas fue un poco conciliadora con la Municipalidad, aunque no con sus manejos: “A veces entendemos al Municipio que debe solucionar los problemas tanto como para los que les gustan los animales, como para los que no, sin embargo el tema son las formas en las que se solucionan”.

Sin dudas, las implementaciones que han tomado desde el municipio aún no consiguen frutos en su esplendor, pues el tema de los perros callejeros sigue siendo una cuestión complicada, aunque la colaboradora coincidió con que hace falta más conducta en los vecinos: “Sigue habiendo muchos perros en la calle, nosotros en la protectora no tenemos mas lugar. Pareciera que las castraciones no surgieran efecto, pero se trata de negligencia de los vecinos que no hacen castrar los perros” explicó.

Finalmente, la Inés Atala explicó la situación actual de la protectora: “Seguimos necesitando ayuda, tenemos 200 perros y el único ingreso es la cuota de los socios protectores. Muchos socios se borraron después de la ordenanza, pero la ordenanza hace castraciones, no nos brinda dinero para alimentar los perros y mantener el predio, que por suerte quedó para nosotros ya que el Club Caza y Pesca nos cedió una hectárea. Hay que recordar que en 2016, se nos murieron 50 perros debido a hongos que se formaban en el maíz, por lo que desde entonces solo les damos alimentos a los perros”, cerró.

La Palabra del Municipio

Desde el Municipio, el Ingeniero Sergio Magra explicó que desde la aprobación de la ordenanza, la misma se fue cumpliendo de forma escalonada; y que no se han capturado más de 20 animales. “Los animales viven en caniles, no están al sol. Simplemente no tienen un arbolado extra pero a partir de mañana tendrán una mediasombra. Tienen agua potable, en bebederos automáticos y tienen comederos individuales, personas dedicadas a la limpieza, la calidad de atención es optima”, explicó.

Magra explicó que por una cuestión lógica, está prohibida la entrada a personas ajenas a las que trabajan en el lugar, para no alterar el orden de los perros. “Lo que si se permite es obviamente la entrada de entidades o personas específicas. Lo que se trata de mantener es un orden y evitar la entrada masiva de gente, como en cualquier lado”.

El Secretario de Bromatología también hizo referencia a los costos de las multas, de las cuales se desligó, ya que los mismos los impone el Juez de faltas: “Una falta leve puede costar de 0 a 100 litros de nafta y la decisión la toma el Juez de Falta, las faltas mas graves van hasta los 500 litros de nafta, así lo estipula la ordenanza y el propio Juez”.

Finalmente, el Ingeniero hizo alusión al destino de los animales y explicó que, de no ser adoptados, volverán luego de un periodo determinado (hasta 30 dias), a su lugar donde fue hallado y con las medidas sanitarias correspondientes (castrados y curados). “Si los perros vuelven a su lugar de origen en la calle resultará algo triste, pues la ciudadanía no se estará comprometiendo con la adopción responsable”, cerró.

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